RESEÑA: REINO DE LADRONES, DE LEIGH BARDUGO.
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©Anayra Pimentel, 2019
Título del libro: Reino de ladrones.
Autora:
Leigh Bardugo
Año
de publicación: 2016
Edición
leída: 2017, Editorial Hidra, S.L
Páginas:
642
Reino
de ladrones, de la escritora estadounidense Leigh Bardugo, es la
segunda y última parte de la bilogía Seis de Cuervos. Este
libro vino a cerrar la historia alrededor de Kaz Brekker y sus
aliados (Inej Ghafa, Nina Zenik, Jesper Fahey, Matthias Helvar
y Wylan Van Eck), así como también de sus enemigos.
Leigh
Bardugo ha sido uno de los descubrimientos de este 2019, y debo
confesar que sólo he leído esta bilogía y que la trilogía Grisha,
que también está ambientada en el mismo universo, no me ha
terminado de convencer. Digo que demasiada fantasía por ahora, que
debería enfocarme en lecturas más convencionales, pero la verdad es
que es un placer culpable: ¡siempre vuelvo a recaer!.
No
obstante, esperaba con ansias leer esta segunda parte; tanto que
decidí comer ansias y esperar hasta que pudiese conseguir el libro
físico, que por una u otra razón se me escurría de las manos, del
presupuesto y de las librerías. Cuando ya lo tuve, paso lo más
extraño: ¡aplacé su lectura, lo obvié, lo ignoré, ni caso!
Cuando
decidí leerlo, descubrí que definitivamente Bardugo tiene un
sobresaliente en mi lista actual de buenos autores, y un plus añadido
porque en lo personal (me refiero a su persona, porque no la conozco
de nada) me encanta su manera de ser, y ver cómo pudo plasmar en sus
escritos parte de sí misma sin que ello desmerezca en nada la
historia completa. Yo digo que a veces me enamoro del autor más que
de las historias que cuentan, y que termino recordándolos inclusive
muchos años después, por ellos. He leído reseñas y criticas
respecto a la pluma de Bardugo, y muchos dicen que a veces se pierde
o que su mejor libro ha sido Seis de cuervos (que no digo que no),
pero en lo personal me gusta
su manera de abordar la historia, y como tejió la trama de ambos
libros de tal manera que ningún punto queda olvidado.
Nos
guste o no, dentro de su género, la mujer sabe lo que hace, y hay
que darle crédito porque quienes escribimos sabemos que crear un
mundo, un universo, que sostenga nuestras historias, no es algo
sencillo, y exige un montón de estudios, un cantidad ingente de
investigaciones y demasiados momentos frente a la temida página en
blanco.
¿DE
QUÉ TRATA EL LIBRO? En
Ketterdam,
la ciudad de los mercaderes y los ladrones, hay una guerra abierta.
Múltiples bandos están jugando todas sus bazas para lograr el
control absoluto de la jurda
parem,
y con ella, el de un imparable poder Grisha.
Mientras
Kaz solo piensa en una cosa: venganza. Contra quienes pusieron su
vida en peligro, contra quienes le engañaron, contra quienes le
convirtieron en lo que es. Tiene un plan en marcha, uno que va a
hacer aún más peligrosas unas calles que ya eran un campo de
batalla. Kaz Brekker y los suyos han conseguido llevar a cabo un
golpe legendario al que ni ellos mismos pensaban sobrevivir. Pero en
lugar de repartirse una suculenta recompensa, a su regreso se ven
obligados a luchar de nuevo por sus vidas. Traicionados y con un
miembro menos, los cuervos andan escasos de recursos, aliados y
esperanza. A medida que poderosas fuerzas llegadas de todo el mundo
se dan cita en Ketterdam para luchar por el control de la peligrosa
jurda
parem,
antiguos rivales y nuevos enemigos emergen para desafiar a Kaz y para
poner a prueba las frágiles lealtades del equipo. Una guerra tendrá
lugar en las oscuras y retorcidas calles de la ciudad, una batalla
por la venganza y la redención que decidirá el destino del mundo
Grisha.
EXPERIENCIA
LEYÉNDOLO:
Un
dato interesante: la literatura fantástica
me provoca “revuelo lector”, es decir, entro en modo fanática
enseguida, aunque termine no gustándome la lectura en general, como
me pasó hace varios años cuando leí “Anna
vestida de sangre y Anna desde el infierno, de Kendare Blake”.
Lo cual no afecta que disfrute leyendo el libro, ni pasando por todas
las emociones humanas como si estuviese sobre una montaña rusa. Yo
soy una lectura tipo que cuando leo, leo. Con varios lectores como
yo, los autores se harían muy ricos por muy malitos que sean.
Volviendo
a Reino
de ladrones,
debo
confesar que comencé a leerlo con dolor en mi corazón, me temía lo
peor, sí soy sincera. Después de haber leído tres de los libros de
“Canción
de hielo y fuego, de George R.R. Martin”,
no confío mucho en que los escritores tengan personajes intocables,
y menos cuando se trata de historias más bien “crueles
y desgarradas”,
como es el caso de la especie. Durante la lectura me sorprendía
exclamando: “¡Que
carajos! Eso hasta yo lo veía venir!”,
para luego pasar a: “Bien,
de acuerdo, esto no me lo esperaba.”,
así hasta que terminé la última página.
Porque
eso conserva Bardugo en ambos libros: la capacidad de sorprenderte.
En un capitulo crees que vas a adivinar el siguiente paso de los
personajes, pero no lo logras, porque la mujer es capaz de sacarte a
relucir un simple objeto que te había mencionado al principio del
libro, o en el anterior, que cambia de plano todo lo que va
ocurriendo. Todavía en la página 554, en la parte en que Inej lucha
contra Dunyasha, creía que el libro sería una historia con un final
distinto y que lo recordaría por ser cruel (que lo fue, pero por
otras razones, también de muerte, pero muy distinta a lo que yo
esperaba).
Otra
cosa que me ha sorprendido de los personajes centrales de esta
bilogía es su madurez personal, algo que es difícil de concebir en
personas con ese rango de edad, pero que es perfectamente entendible
cuando sabes la historia que subyace en cada personaje; esos
episodios que provocaron y crearon a seis seres humanos tan
complejos, tan rotos y tan unidos a retazo, son
la amalgama con la que la autora va uniendo la historia y la vida de
estos personajes, uno con otros, hasta el punto de que, a su extraña
manera, terminan formando una familia, y protegiéndose entre ellos.
Aunque en el fondo te das cuenta de que son solo niños luchando por
sobrevivir contracorriente, en un mundo implacable, podrido y lleno
de peligros; y esa niñez, que les entrega la temeridad y la
capacidad de tener esperanzas, los hace fuertes y mejores que sus
oponentes. El poder de ingenio de unos niños que luchan contra la
muerte y el dolor es el arma más poderoso y la más mortal.
Bardugo
no nos regala un final de pétalos de rosas y algodón de azúcar;
lloras al principio, lloras al final, contrario al lema de Kerch: Sin
lágrimas, sin funerales.
Pero igual amas la historia, amas el destino de los Seis de cuervos,
y terminas rogándole a los santos de Inej Ghafa, una buena vida para
cada uno, porque “el
sufrimiento es como cualquier otra cosa. Si vives con él el tiempo
suficiente, aprendes a cogerle gusto.” (página
573).
Puntuación:
5/5