RESEÑA: EL SUEÑO DE LA CRISÁLIDA, DE VANESSA MONFORT.
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©Anayra Pimentel, 2019 |
Desde
hace mucho tenía pensado ir a comprar libros… hasta el momento he
leído alrededor de quinientos títulos (entre libros auto
conclusivos y sagas), muchos de los cuales no recuerdo el nombre ni
el autor, pero sí la historia, a veces con tanto detalle que llego a
encontrar el nombre por una frase puntual dentro de mi memoria. Esto
se debe a que mayormente leo en PDF (heredé una muy nutrida
biblioteca de un ex alumno de mi papá), y los libros físicos habían
sido préstamos de la (muy insipiente) biblioteca del ayuntamiento
de mi pueblo o de mi tío que es profesor de literatura en la
Universidad Autónoma de Santo Domingo; o en su defecto, viejas
heredades conservadas por mis papás.
“Mi
biblioteca” de libros físicos dejaba mucho que desear, así que
tenía en lista adquirir el hábito de gastar mi dinero en algo más
beneficioso que llenarme la barriga de comida chatarra. Un objetivo
que me propuse en el año 2018 y que apenas puse en práctica en mayo
de este año. Junto con mi “aquelarre” planifiqué un viaje a
Santiago de los Caballeros, a Cuesta Libros, y le di rienda suelta a
ese deseo consumista tanto tiempo postergado. En realidad, sólo
compré tres libros: “El sueño de la
crisálida, de Vanessa Monfort”, La mujer en la ventana, de
A.J Finn, y El zorro, de Frederick Forsyth.
Me
dispuse a leer los tres títulos; pensé que en menos de dos semanas
ya los habría leído… ¡y casi! Pero, ahí estuvo “El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort”
para
darme una especie de cachetada que me detuvo en seco, ralentizando mi
capacidad lectora a un 50%, o quizás menos, de paso convirtiéndose
en una lectura catártica y más edificante que cualquier libro de
auto ayuda con los que he intentado responder algunas incógnitas
locas de mi vida.
¿DE
QUÉ TRATA EL LIBRO?
“El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort”
nos
cuenta una etapa de la vida de Patricia, una periodista a quien una
grave crisis de ansiedad obliga a replantearse su vertiginosa vida
profesional, que ha afectado a la relación con su familia, amigos y
pareja. En ese momento conoce en un avión a Greta, una misteriosa
mujer con un pasado oculto. Gracias
al apasionante relato de Greta, que tuvo que rebelarse contra una
sociedad que
la rechazaba. Patricia descubrirá que en este mundo inseguro lo
único que puede salvarte es creer en ti misma. Con una historia
apasionante y esperanzadora que combina emoción, intriga y
actualidad, “El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort” (Plaza
Janés, 2019),
es la crónica de la mujer de hoy en día, de los retos a los que se
enfrenta como profesional, hija, madre, amante y amiga. Un retrato
veraz y necesario sobre la sociedad del siglo xxi que, debido a la
prisa, el consumismo, las adicciones digitales y la autoexigencia, no
ha convertido en esclavos de lo urgente para hacernos olvidar lo
importante.
EXPERIENCIA
LEYÉNDOLO: Como
mencioné en la primera parte de esta entrada, la lectura de “El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort”,
me
paró en seco, ¡literal! Pero no fue que me apagara el ánimo de
leer, o porque la lectura sea mala, que no lo es, sino porque el
libro tuvo ese algo que yo he titulado “bloqueo
del lector fugaz”,
que es cuando quieres leer un libro de un tirón, aún sabiendo que
si amaneces leyendo te va a dar migraña al día siguiente, y que a
lo que más te vas a parecer es a un zombi salido del set de una
película; o sea, con este libro se activó el comando de lentitud
lectora, y pude ir degustando la mezcla de sentimientos que van dando
forma a la ansiedad de la generación actual, la nuestra, la que va a
caballo entre una generación y otra, quedando en el medio del asunto
de la cuestión evolutiva social, como el hermano del medio, que sin
ser es, y siendo no es nada.
Aprendí
muchas cosas sobre la sociedad actual, sobre nuestra forma de
comportarnos, sobre nuestros gustos cambiantes e impersonales, sobre
que “hacer
y hacer y necesitar la sensación de que te pasen cosas
constantemente, es una adicción idéntica a la del chocolate, al
tabaco o al alcohol.” (pág.
41) Antes de leer este libro, y para muchos sonará a excusa barata
de una loquita que no quiere esforzarse, me creía enteramente
fracasada e incompetente; que no estaba bien por el hecho de que no
estaba dentro de la carrera del emprendimiento; frases como “la
carrera de las ratas”, “zona de confort”, “procrastinar”, y
el largo etcétera que es
todo lo contrario a emprender y progresar me golpeaba cada día
cuando me veía en el espejo con el par de libras de sobrepeso, la
nariz “bombolona” y la cara de luna llena… ¡yo no encajo! ¡Soy
una más del montón! ¡Nunca seré nadie! O ¡no tengo el espíritu!
Eso
fue antes de leer que “en
estos tiempos todos somos emprendedores. Libres y esclavos por el
mismo precio.”
(pág. 56), y reflexioné que cada quien tiene su espiritu, y que no
es cierto que trabajar asalariado esté mal, que sí bien no tengo la
misma cantidad de “libertad”, no menos cierto es que no estoy
haciendo nada malo. No estoy mal por sentirme a gusto trabajando
siete horas. Quizás dentro de un par de años me vea con la idea que
me levante de la silla de mi escritorio, o que dentro de un año me
vea emigrando a otro país, y eso tampoco va a estar mal, porque soy
un ser humano y tengo derecho a cambiar, como la Tierra cambia de
posición en el Universo.
“El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort”
me
permitió darme cuenta de que el ritmo de mis revoluciones no son un
movimiento lento, sino mi ritmo. Que debo enfocar mis energías en
sanar mi interior, en nutrirme como persona, en aceptarme, y
disfrutar en el proceso, siendo consciente de que existe un mañana
que se convierte en presente a cada segundo, y que sólo yo determino
cómo vivirlo. Que las cosas importantes están lejos de una loca
carrera profesional y del mundo onírico de las redes sociales, que
mejor estoy leyendo un buen libro en mi habitación o en la
marquesina de mi casa, escuchando a mi mamá hablarme de lo misma por
millonésima vez, que intentando encajar en una fiesta o buscando la
mejor pose para publicar una imagen de 10.
Recomiendo
la lectura de “El
sueño de la crisálida, de Vanessa Monfort”,
e
inclusive le he ofrecido el libro a mis conocidos, porque de verdad
este sentimiento de no tener un norte no es algo que uno o dos
inadaptados tenemos, es un mal de nuestra sociedad, “la
sociedad del cansancio” (Byung-Chul
Han).
PUNTUACIÓN:
5/5